Saturday, July 28, 2007

ENTREVISTA A RICARDO FIASCHI, DIRECTOR DE "LA HOJA" DE ESCOBAR

Señor Secretario
Ricardo Fiaschi es uno de los hombres más queridos y respetados de Escobar. Su revista, “La Hoja”, lleva 34 años de aparición ininterrumpida en nuestra localidad. Dedicó una parte de su vida a la Secretaría del Club Italiano.
No puedo pretender que este relato tenga la forma de una típica entrevista.Conversar con Ricardo Fiaschi, un argentino con tanto Escobar y tanta Italia en la sangre, es apasionante. Por eso, elijo transcribir una serie de anécdotasy frases que me reveló en su prolijo y apacible espacio laboral.
“En mi primera etapa como secretario de la Institución, el presidente era Camerino Lamaletto. En ese período se hizo la losa de la actual sede social. Eran épocas muy lindas. Como buenos “tanos” nos peleábamos como locos-".
“Siento un profundo amor por el Club Italiano. Yo desciendo de esa sangre. Cuando entro al salón, siento que es “mi club”, que estoy en mi lugar. Trabajé mucho para verlo crecer, y viví momentos inolvidables en él”.
“-Una vez que se terminaron esas grandes obras que nos propusimos todos los que colaboramos en la fundación del club, yo me retiré a descansar. Dije:”-Ahora déjenme disfrutar de lo que hicimos. Estuve unos cinco años como directivo, en las presidencias de Camerino, Ivo Iacouzzi y Mario Leonardi-”. Lo siguen invitando a participar. “-Enrique Stutz siempre me dice que vuelva. Me mandaba las tarjetas para las cenas y no me las quería cobrar. Si voy de vuelta, voy a laburar. Y es una institución muy querida por mi. Entonces, si se arma una discusión, yo salgo opinando. Y si lo hago, no me siento autorizado, porque yo trabajé en otro tiempo-”.
“-Las cenas fueron siempre un éxito fenomenal. No recuerdo que el club haya perdido plata en alguna. Inclusive yo me di el gusto de servir las mesas varias veces. Era una maravilla, si los conocía a todos los que iban. Muy lindo todo, todo...-”.
“-No recuerdo cuántos autos se rifaban por año, pero me acuerdo del despliegue que se hacía para vender los números. Era impresionante lo que vendían Camerino y Juan Leonardi. Pero entre “Juancito” y “Costa” Mastronardi vendían 60, 70, una cantidad enorme-”.
“-El club fue siempre una fuente de ingresos fenomenal, pero hubo cosas que quedaron en el camino. Por ejemplo, la parte cultural quedó en el camino. Un día llegó una biblioteca de textos en italiano, que no sé dónde terminó. Además, muchos soñábamos con tener el buffet para reunirnos nosotros, pagándole a un encargado o empleado del club, pero sin alquilarlo. Tenerlo para jugar a las cartas, tomar el café, conversar o ir a comer con la familia-”
“-Estábamos siempre “corriendo a la liebre”. El tema eran los gastos que generaban los proyectos que se encaraban. Estábamos “mangueando” todo el tiempo. Entonces, se decidió cortar con las rifas para que el club generara sus ingresos solo. Ahí empezó el verdadero desafío-".
Vivió cosas que lo conmovieron. “-Una vez, estábamos trabajando para terminar una de las carrozas. Mario Leonardi empezó a cantar una de las canciones típicas de la “tanada”. De a poco todos los demás lo seguimos. Parecía una película italiana de posguerra. Esa comunión de voluntades, ese coro, fue conmovedor, algo maravilloso-”.

PABLO SPERDUTI

Nota publicada en la edición de Julio de "Club Italiano la revista"

No comments: