Sunday, August 10, 2008

Beijing 2008: la apertura soñada




China deslumbró al mundo con la apertura de los Juegos Olímpicos
La perfección es posible
La inauguración de los Juegos Olímpicos fue majestuosa e inolvidable. Una fiesta perfecta que captó la atención del mundo entero y subyugó a todos los pueblos del planeta. Insuperable, fue la más extraordinaria apertura de la historia. China, de esta manera, se presentó íntegra y honesta, en el año olímpico oriental.
Los poetas se habrán inspirado como para escribir miles de versos y estrofas. Los músicos occidentales habrán reflexionado acerca de su arte para hacerlo más completo aún, después de los cautivantes y armónicos sonidos que ofreció la música tradicional china en la apertura de los Juegos Olímpicos. Los hombres comunes que habitan el planeta habrán disfrutado de un espacio temporal en el que la sorpresa volvió a concentrar la atención de sus ojos. Muchos corazones habrán estallado por los emotivos momentos que ofreció China el 8 de agosto de 2008 en el Estadio Olímpico de Beijing, un escenario que parece exageradamente lujoso y enorme hasta para tan fastuosa fiesta. El universo se concentró en la más imponente obra de arte que la historia contemporánea recuerde para homenajear a los Juegos Olímpicos, el evento deportivo más fascinante, emocionante y extraordinario que existe.
Describirla estaría de más. Sobraron las imágenes que la expusieron a todos nuestros azorados corazones. Sólo resta desear que haya abierto un evento deportivo que se desarrolle en paz, dando la espalda a las guerras inagotables que los pueblos sufren como tormento permanente en la actualidad. Ojalá sirvan para integrar a las naciones del mundo, objetivo primordial de Pierre de Coubertin cuando planificaba los Juegos Olímpicos modernos a fines del siglo XIX. Que la paz reine entre los atletas más allá del color de su piel, su raza o su bandera. Que los amantes del deporte seamos testigos de expresiones deportivas genuinas y sin trampas, arreglos escandalosos ni dóping. Es posible pensar así, si tenemos en cuenta que los griegos, cuando crearon este homenaje a los dioses y a sus pueblos, en la antigüedad, detenían la guerras para que se disputaran en paz y sin resentimientos. Es más, su calendario estaba determinado por cada uno de los Juegos que organizaban.
Que la belleza del deporte y la competencia sana sean las reinas de Beijing 2008. Nos hace falta.

Tanoperiodista