1988: Nos tiramos a la pileta
Esa magnífica pileta situada enel campo de deportes que la institución tiene en Loma Verdees uno de los motivos de orgullo de nuestro club. Fue resultado del trabajo consecuente y la voluntad extraordinaria de un grupo de personas que tenían un claro objetivo: hacer al Club Ita-liano cada vez más grande.
En 1979 fue fundado el Club Italiano. En 1984 comenzaron las obras de la losa de la actual sede social, luego de un trabajo fabuloso que generó recursos económicos extraordinarios. Unos años después, la institución adquirió el campo de Loma Verde, actual campo de deportes. En él, en el año 1988, decenas de palas comenzaron a cavar profundo en busca de un sueño: la pileta de natación. Por supuesto, el resultado fue óptimo e inmediato, porque el verano de 1989 se inauguró la primera temporada de verano. Dicen los presentes que, ese día, Dios depositó el sol sobre esa gente orgullosa que se emocionó profundamente. Ese campo “descubierto” por Gui-llermo Retta, en ese momento integrante de la Comisión de deportes que encabezaba Alberto Scenna, fue comprado por el club al ex-vicegoernador de la provincia de Buenos Aires, Calabró, en una operación que se realizó en la inmobiliaria “Dante´s”. Ese campo en el que Luis Danelón, “Nino” Mastronardi y Pedro Scenna habían construido los bancos y mesas de cemento que se encuentran bajo la frondoza arboleda de la zona de parrillas. Preparaban la mezcla de material en una pequeña casita que estaba en el sector en el que hoy se encuentran los juegos infantiles. Como vemos, fueron muchos los trabajadores silenciosos que se encolumnaron detrás del Arquitecto Ivo Iacouzzi, director de orquesta del “proyecto pileta”, secundado por su padre, Canio. Mario Firmani fue otro que dejó horas de su tiempo para poner en condiciones el lugar. Y ni hablar de Vicente Chiorazzo, que solucionaba los problemas que generaba la precaria bomba que se instaló para la extracción de agua y el llenado de la pileta. El esfuerzo fue siempre conmovedor, y es una de las explicaciones del vertiginoso crecimiento del club. “-La primera vez que la vaciamos, quedó agua. ¡La sacamos a baldazos!-”, Me contaron por ahí.
PABLO SPERDUTI
LAS FOTOS SON GENTILEZAS DE CANIO NICOLA IACOUZZI, UN PRÓCER DE ESCOBAR. MUESTRAN EL POZO A PUNTO DE SER RELLENADO CON HORMIGÓN ARMADO (ARRIBA), Y LA INAUGURACIÓN DE LA PRIMERA TEMPORADA DE VERANO, EN 1989. ALLÍ SE OBSERVA A CANIO IACOUZZI, JUAN MASTRONARDI, IVO IACOUZZI Y EL PADRE MODESTO VÁZQUEZ (ABAJO).
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