LLEGÓ EL MOMENTO DE MARIANO PAVONE
La Copa América vuelve a generar una gran expectativa en el público argentino. Dirigida por Alfio Basile, el conjunto nacional viajará a Venezuela con la esperanza y el objetivo de obtener el trofeo continental, logrado por última vez en 1993, en Ecuador. Será una buena oportunidad para analizar la realidad del fútbol argentino, que estará representado por un equipo que mostrará una importante renovación con respecto a las formaciones de los últimos años.
La idea de Basile de trabajar con jugadores que actúan en el medio local, permite el posible lucimiento de los valores más destacados de los últimos tiempos, entre los que sobresale Mariano Pavone, el potente número nueve de Estudiantes de La Plata. Su participación decisiva en el tramo final del torneo Apertura 2006, en el que el equipo “pincha” se consagró campeón, lo situaron entre los mejores jugadores del fútbol argentino. Es el delantero que ningún defensor quiere enfrentar, por su potencia descomunal, por su increíble movilidad y por su tranco devastador. Exige permanentemente en la cercanía del área rival, donde se muestra sumamente oportuno. No da perdida ninguna pelota y su esfuerzo es también un alivio para muchos compañeros, ya que siempre “arrastra” marcadores que dejan huecos para la llegada de los que juegan más retrasados. Además, este “optimista del fútbol y del gol”, como lo definió Víctor Hugo Morales en el desempate frente a Boca de diciembre pasado, sólo tiene 24 años, situación que lo proyecta para participar, por lo menos, en los próximos dos mundiales. En la necesidad que existe de que Argentina encuentre variantes en ataque (por lo visto en los primeros partidos del nuevo ciclo conducido por Basile), el delantero de Estudiantes es un postulante natural e ideal para adueñarse del puesto en el que se lucieron Mario Kempes, Gabriel Batistuta, Leopoldo Luque, Luis Artime y el propio Hernán Crespo. Seguramente, su confirmación definitiva se produzca en una casi segura transferencia al fútbol europeo. Pero ya es una gran figura de nuestro fútbol, y en la Copa América que se disputará a partir del 26 de junio tendrá la gran oportunidad de demostrarlo.
La Copa América vuelve a generar una gran expectativa en el público argentino. Dirigida por Alfio Basile, el conjunto nacional viajará a Venezuela con la esperanza y el objetivo de obtener el trofeo continental, logrado por última vez en 1993, en Ecuador. Será una buena oportunidad para analizar la realidad del fútbol argentino, que estará representado por un equipo que mostrará una importante renovación con respecto a las formaciones de los últimos años.
La idea de Basile de trabajar con jugadores que actúan en el medio local, permite el posible lucimiento de los valores más destacados de los últimos tiempos, entre los que sobresale Mariano Pavone, el potente número nueve de Estudiantes de La Plata. Su participación decisiva en el tramo final del torneo Apertura 2006, en el que el equipo “pincha” se consagró campeón, lo situaron entre los mejores jugadores del fútbol argentino. Es el delantero que ningún defensor quiere enfrentar, por su potencia descomunal, por su increíble movilidad y por su tranco devastador. Exige permanentemente en la cercanía del área rival, donde se muestra sumamente oportuno. No da perdida ninguna pelota y su esfuerzo es también un alivio para muchos compañeros, ya que siempre “arrastra” marcadores que dejan huecos para la llegada de los que juegan más retrasados. Además, este “optimista del fútbol y del gol”, como lo definió Víctor Hugo Morales en el desempate frente a Boca de diciembre pasado, sólo tiene 24 años, situación que lo proyecta para participar, por lo menos, en los próximos dos mundiales. En la necesidad que existe de que Argentina encuentre variantes en ataque (por lo visto en los primeros partidos del nuevo ciclo conducido por Basile), el delantero de Estudiantes es un postulante natural e ideal para adueñarse del puesto en el que se lucieron Mario Kempes, Gabriel Batistuta, Leopoldo Luque, Luis Artime y el propio Hernán Crespo. Seguramente, su confirmación definitiva se produzca en una casi segura transferencia al fútbol europeo. Pero ya es una gran figura de nuestro fútbol, y en la Copa América que se disputará a partir del 26 de junio tendrá la gran oportunidad de demostrarlo.
TANOPERIODISTA
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