Ríver fue vencido por un desconocido equipo peruano
¿DÓNDE QUEDÓ EL ORGULLO DEL FÚTBOL ARGENTINO?
Universidad de San Martín, de Perú, superó a River por 2-0 en el inicio del Grupo Nº 5 de la Copa Libertadores de América. El equipo de Simeone esperaba comenzar su participación en el máximo torneo continental con una victoria, pero un inexplicable planteo táctico y errores defensivos más propios de principiantes que de jugadores profesionales lo dejaron con las manos vacías.
River Plate lleva casi cuatro años sin lograr títulos. Durante ese periodo se inició en el club de Núñez una crisis institucional inédita en su historia, en la que los los "barra bravas" se convirtieron en los protagonistas excluyentes de la política interna. A esta situación, hay que sumarle la presencia en la conducción de los "millonarios" de un presidente impresentable para una Institución con tanta historia y prestigio. José María Aguilar, su presidente, transformó a River casi en un club chico con su política de compra y venta de jugadores permanente, que obliga a los directores técnicos a formar equipos cada 6 meses. Se puede mencionar, por otro lado, que las divisiones inferiores del club pasan por uno de los momentos más oscuros que se recuerden, ya que dejaron de aportar figuras relevantes al primer equipo.
En el medio de esta realidad, hay un equipo de fútbol que conduce Diego Pablo Simeone. Un conjunto de individualidades sin alma ni orgullo que deambuló anoche por Lima, superado por un apenas correcto equipo peruano que apenas tiene 4 años de vida, y al que le alcanzó con no desordenarse para vencer al representativo que más títulos locales obtuvo en la gloriosa historia del fútbol argentino. Cometiendo errores en forma permanente, saliendo a jugar con un planteo poco atrevido contra un equipo desconocido, sin poder acertar tres pases seguidos durante casi todos los 90 minutos y con jugadores sin carácter para torcer una situación adversa, River se pareció a un rejuntado de hombres que tenían ganas de ir a patear un rato. Cuesta entender que Ariel Ortega, un jugador de fútbol que disputó tres mundiales y participó del brillante ciclo que condujo Ramón Díaz en los años '90, no tenga la capacidad para "ponerse el equipo al hombro" y dejar una imagen de líder sacrificado. No se puede creer que un equipo que aspira a ganar la Copa Libertadores tenga como único argumento ofensivo tirar centroS para que el "9 alto" (Sebastián Abreu) acierte un cabezazo al arco. No se puede concebir que profesionales que visten la camiseta que alguna vez se pegó al pecho de glorias como Daniel Passarella, Norberto Alonso, Ubaldo Fillol o Enzo Francescoli se conviertan en inexpresivos futbolistas, incapaces de resolver situaciones desfavorables.
En las declaraciones posteriores al partido se escucharán excusas típicas de estos tiempos. "Estamos en formación", "nos equivocamos en el planteo", "cometimos distracciones" o "habrá que seguir trabajando". Que River pierda con Universidad de San Martín de Perú no permite elaborar explicaciones. Es una vergüenza deportiva que desprestigia al fútbol argentino y lo deposita en su realidad. Y un llamado de alerta que aturde los oídos de su técnico, y deberá hacer reflexionar a sus dirigentes. Anoche, River dio lástima.
TANOPERIODISTA
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