Hemos recibido un correo electrónico, enviado por la inigualable Aída Holtz (recomiendo una visita a su blog aida-aida-aida2.blogspot.com), que nos pone en conocimiento de la existencia de un boletín virtual literario, la REVISTA CESAM. Tenemos el enorme agrado de difundir parte del contenido de su publicación número 74, correspondiente al día 5 de febrero de 2007. Además, consideramos oportuna la posibilidad de participar de ella a través de sus contactos.
REVISTA SESAM © – CONTACTOS Y DIRECCIONES
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DIÁLOGO DEL AMO Y EL ESCLAVO 1
(anónimo)
–Esclavo, escúchame bien.
–Sí, amo, sí.
–Corre a buscarme agua para las manos, quiero comer.
–Come, amo, come. Ponerse a comer abre el corazón; cuando se come con el corazón alegre y las manos limpias, [el dios] Shamash acude.
–No, esclavo, no quiero comer.
–No comas, amo, no comas. Tener hambre y comer, tener sed y beber son necesidades que vienen y se van.
–Esclavo, escúchame bien.
–Sí, amo, sí.
–Corre a traer agua para las manos y dámela; quiero hacer una ofrenda a mi dios.
–Hazla, amo, hazla. Quien hace una ofrenda a su dios, tiene el corazón alegre: hace un favor a cambio de otro favor.
–No, esclavo, no quiero hacer una ofrenda a mi dios.
–No la hagas, amo, no la hagas. Así enseñarás a tu dios a trotar delante [de ti] como un perro que te da vueltas y vueltas [diciendo:] “¡Eh, mi rito!” o “¡Cómo no me llamas!” o cualquier cosa por el estilo.
–Esclavo, escúchame bien.
–Sí, amo, sí.
–Quiero dar de comer a mi pueblo.
–Dale, amo, dale. Aquel que da de comer a su pueblo, perderá su cebada pero la cebada recibida en pago se vuelve inmensa.
–No, esclavo, no quiero dar de comer a mi pueblo.
–No le des, amo, no le des. Dar es como hacer el amor... o engendrar un hijo... Te maldecirán. Comerán tu cebada y [después] te exterminarán.
–Esclavo, escúchame bien.
–Sí, amo, sí.
–¿Qué cosa está bien entonces?
–Cortar tu cuello y el mío y echarlos al río está bien. ¿Quién es tan alto para alcanzar el cielo y quién tan largo para abarcar la tierra toda?
Comentario: La filosofía de estos fragmentos bien podría confundirse con la de alguna narración corta del ruso Antón Chéjov (1860-1904), si obviamos la referencia al dios solar Shamash. Sin embargo, se trata de un texto sumerio escrito en caracteres cuneiformes, cuyo original de tablillas de arcilla se supone del siglo XX al XVIII a. JC. ¡Así se escribía literatura hace apenas cuarenta siglos!
1 El texto presente corresponde a la versión Rinaldi, en “Storia delle letterature dell’ Antica Mesopotamia”.
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