Wednesday, January 09, 2008

EN ARGENTINA, LA MUERTE VISITA LAS RUTAS EN VERANO

Los accidentes de tránsito se siguen sucediendo
NO APRENDEMOS MÁS


La noticia es la más repetida del verano. Los noticieros se nutren de ella porque es inagotable. Cada día es portada de diarios y resúmenes en medios radiales y televisivos. Los accidentes de tránsito en las rutas argentinas tienen un espacio privilegiado en el periodismo estival de la Argentina. Y se lo ganó con todo derecho, en forma abrumadora, sobre todo teniendo en cuenta que en verano hay pocas noticias y que nuestra Presidenta parece no haberse enterado que tiene que empezar a gobernar.

En el verano de la crisis energética y de las lamparitas de bajo consumo, los argentinos siguen muriendo como moscas camino a sus lugares de veraneo. En micro o en camión, en auto o en moto, los veraneantes se transforman en asesinos al volante que lo peor que hacen no es arriesgarse a morir, sino a poner en riesgo la vida de los que viajan como él sin que nadie se los pida. Aquellos que nos volcamos bastante seguido a las rutas de nuestro país, somos testigos permanentes de maniobras irresponsables que justifican lo dicho. Los adelantamientos en curvas, los excesos de velocidad en zonas que la limitan, el inexplicable apuro por querer llegar 3 segundos antes al lugar elegido, la falta de respeto absoluta a las leyes de tránsito (en Mar de Ajó, parado en un semáforo, conté 8 en unos 5 segundos) y la irresponsabilidad de conductores que conducen alcoholizados parecen ser las causas más visibles de los accidentes en las rutas, casi todos evitables.

Sin embargo, las vacaciones constituyen una fuente indiscutible de demostraciones de opulencia relacionadas con el manejo de vehículos de cuatro ruedas. Las infracciones que se observan son protagonizadas por los autos más portentosos por presencia y valor de mercado. Pareciera que esa posesión permite a los conductores desplegar algún síntoma de vanidad, impunidad y superioridad que les asegura ser dueños absolutos del espacio ocupable por los seres humanos.

Pero también aquellos vehículos que no están en condiciones de circular son subidos a las rutas por sus dueños, que los desplazan a muy bajas velocidades que resultan ser también causas de accidentes de tránsito. Pero se puede incluir a los choferes de camiones que se duermen o creen ser los amos de la ruta tirando sus enormes cargas sobre los más pequeños, en clara alusión a un pensamiento muy básico que los hombres suelen demostrar cuando reaccionan como cavernícolas: creen que el camión grande es una extensión de su pene y lo pueden meter donde se les ocurra. Los choferes de micros que se duermen (porque se duermen o porque no descansan bien) provocan tragedias más importantes por el número de personas que protagonizan los choques. Creo que, en general, están son las razones básicas que provocan tanta muerte en los caminos de nuestro país. Y en ellas, el Estado no tiene la culpa. pero si la tiene si le buscamos la vuelta al asunto. Pero ese será tema de la próxima nota.

Lo concreto es que todos los años llego a la misma conclusión: para la mayoría de los argentinos no existen los demás, el mundo conocido está hecho para ellos solos, porque conducen tan ireesponsablemente, que les importa un corno que con ellos viajen sus familias. Es mejor, en en el último de los casos, que se maten solos.


TANOPERIODISTA
Foto: La Nación.com

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