La única idea
Sebastián Cinquerrui *
15.04.2008
Una vez más, el Gobierno impone políticas ya decididas en un área tan sensible como es la prevención de adicciones y lo hace sin la mínima consulta con la sociedad a la que representa, dejándola sin margen para poder reflexionar. Tal vez sea ése el objetivo.Estamos frente a un planteo maniqueo entre penalizadores y despenalizadores, cuando en realidad hay que llegar a un acuerdo social lo más naturalizado posible que nos permita arribar a cambios que son imposibles de pensar sin profundas modificaciones culturales: no es cuestión de anuncios mediáticos de apuro, sin reflexión y con planteos con los que muchas veces podamos coincidir, pero que son contradictorios con las prácticas llevadas adelante por el ministro Aníbal Fernández a lo largo de sus últimos cinco años de gestión.¿A quién se le ocurre pensar que alguien puede responder una encuesta sobre un tema que continúa siendo tabú en nuestra sociedad como el consumo de drogas? ¿A qué resultado creíble se puede arribar con un sondeo de estas características hecha por el INDEC de Moreno? ¿Cómo se puede llegar a generar una estrategia con datos de dudosa veracidad? El Observatorio Nacional de Drogas, organismo dependiente de la presidenta Cristina Kirchner al igual que Aníbal Fernández, está haciendo encuestas periódicas, ¿qué aportaría una nueva? Esto implica suponer que ¿hay algo que la Sedronar no contempla o hay datos que se ocultan? y ¿que es Fernández quien va a poner luz?Estamos ante un Gobierno esclavo de las encuestas, y parece que en materia de política de prevención de adicciones la única idea que se les ocurre es una más. Pero la política pública no puede ser sólo diagnóstico. Si hay algo que no va a variar es la certeza de que el consumo de drogas aumentó y que las formas del consumo son cada día más nocivas y letales. ¿Quién puede pensar que al adicto no hay que tratarlo como a un enfermo y no como lo ha tratado este Gobierno hasta hoy, como a un delincuente?La discusión tiene que ser otra y debe pasar por modificar los métodos con los que el organismo se está manejando y con generar una verdadera política de Estado en materia de prevención de adicción. Esto implica políticas de Estado estables, decisión política, recursos presupuestarios, así como también una auténtica persecución al narcotráfico y a la producción de droga. Pero la paradoja no termina ahí, mientras el ministro Aníbal Fernández habla sobre despenalización en los foros internacionales, en la Argentina se continúa aplicando la ley 26.052, cuyo objetivo concreto es perseguir al adicto; también sigue vigente la ley provincial 6.825 que obliga al personal médico a denunciar a cualquier paciente adicto a alguna sustancia.Detrás de todo esto, es evidente la puja interna entre el ministro de Seguridad y la Sedronar por saber quién administra el Registro de Precursores Químicos utilizados para la producción de cocaína, pero de todo esto nada se habla.
* Diputado Provincial de la Coalición Cívica.
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