ENTREVISTA A OSCAR GALARZA, ENTRENADOR DE TENIS DEL CLUB ITALIANO
UNA CLASE DE TENIS
El campo de deportes fue el escenario que el destino estableció para la charla. El día se presentó espléndido, y la concurrencia en el lugar era más que interesante, como consecuencia del torneo de tenis que se estaba disputando. Los chicos de la escuela que dirige Oscar Galarza daban vueltas alrededor suyo, y lo ponían al tanto de las tareas realizadas fuera de la cancha, uno por uno. Porque, además de jugar, cada uno cumple una función extra. “-Yo tengo un compromiso con el socio del club. A los chicos de la escuela de tenis no les enseño, los formo. Yo creo que en esta zona no se forma al tenista. Se le enseña. Es muy común que se desperdicien talentos por el solo hecho de “tirarles la pelota”, perdiendo la oportunidad de formar al jugador. En el Club Italiano eso no hace-”. La formación integral del jugador de tenis parece ser su bandera como entrenador. “-Hoy, por ejemplo, se me acercaron algunos chicos y me avisaron que “Fernandito”, uno de ellos, se enojó y tiró la raqueta contra el piso. Lamentablemente, en este sentido hay muchos malos ejemplos que son imitados por los que recién están empezando. En el tenis profesional tenemos a Gaudio, McNroe, Nastase...Entonces, si sacamos lo positivo de cada uno de ellos, y corregimos los malos hábitos, estamos empezando a formar a un deportista-”. Redondea cada concepto. Sus ideas tienen fundamentos sólidos y objetivos claros. “-El deporte te tiene que ayudar a ser una persona equilibrada más allá del deseo de ganar que se pueda tener. A todos nos molesta jugar mal un día, o equivocarnos en cosas simples. Pero esa situación no habilita a nadie a tirar una raqueta contra el piso y romperla. La derrota es también parte de la formación del tenista. Hoy en día, estas
El campo de deportes fue el escenario que el destino estableció para la charla. El día se presentó espléndido, y la concurrencia en el lugar era más que interesante, como consecuencia del torneo de tenis que se estaba disputando. Los chicos de la escuela que dirige Oscar Galarza daban vueltas alrededor suyo, y lo ponían al tanto de las tareas realizadas fuera de la cancha, uno por uno. Porque, además de jugar, cada uno cumple una función extra. “-Yo tengo un compromiso con el socio del club. A los chicos de la escuela de tenis no les enseño, los formo. Yo creo que en esta zona no se forma al tenista. Se le enseña. Es muy común que se desperdicien talentos por el solo hecho de “tirarles la pelota”, perdiendo la oportunidad de formar al jugador. En el Club Italiano eso no hace-”. La formación integral del jugador de tenis parece ser su bandera como entrenador. “-Hoy, por ejemplo, se me acercaron algunos chicos y me avisaron que “Fernandito”, uno de ellos, se enojó y tiró la raqueta contra el piso. Lamentablemente, en este sentido hay muchos malos ejemplos que son imitados por los que recién están empezando. En el tenis profesional tenemos a Gaudio, McNroe, Nastase...Entonces, si sacamos lo positivo de cada uno de ellos, y corregimos los malos hábitos, estamos empezando a formar a un deportista-”. Redondea cada concepto. Sus ideas tienen fundamentos sólidos y objetivos claros. “-El deporte te tiene que ayudar a ser una persona equilibrada más allá del deseo de ganar que se pueda tener. A todos nos molesta jugar mal un día, o equivocarnos en cosas simples. Pero esa situación no habilita a nadie a tirar una raqueta contra el piso y romperla. La derrota es también parte de la formación del tenista. Hoy en día, estas cosas, no se marcan demasiado en el deportista. Y el tenis tiene una particularidad, y es que alguien que, me-dianamente jugó, va y da clases, sin te-ner la necesaria formación profesional para hacerlo-”. Defiende su posición a ul-tranza. “-Se que a muchos les molesta mi posición, pero yo tengo un argumento fundamental: quiero jerarquizar mi profe-sión. Tengo que ser un docente deportivo.Y el Club Italiano lo tiene-”“-¿Es tan difícil organizar un torneo Interclubes en Escobar?-”“-Estamos en eso. Estamos en la búsqueda de su realización intensamente.-”Lleva 11 años como entrenador de tenis del Club Italiano. Se declara agradecido a la Institución. “-Yo un día llegué a Escobar y el club, sin conoceme, me abrió las puertas y me dio toda la confianza para trabajar. Yo respondo de esa manera, con aciertos y con errores. Han pasado muchas comisiones directivas, pero mi verdadero compromiso, como dije antes, es con el socio, que es el verdadero motor de la institución-”. Esto lo autoriza para hacer una crítica a la actitud que tienen muchos socios hacia el club. “-Hay una particularidad. Mucha gente pregunta quien está para acercarse o no. ¡Che, está Galarza! ¡Ah! Entonces no voy! Las instituciones están por encima de las personas que las conducen momentáneamente. Si no se logra entender eso, no se puede pretender que las cosas funcionen del todo bien-”. Es claro y categórico. Se apasiona al hablar de lo suyo, el tenis. No me considero un improvisado en el deporte. Y me doy cuenta que Oscar Galarza tiene mucho para dar como docente deportivo. Reflexionaba estas cosas cuando se acercó “Fernandito” a presentarse al cronista y a saludar al “profe”. “-Me dijeron que estuvo un poco nervioso hace un rato, en la cancha-”, con gesto paternal. “-Si, me enojé-”, respondió el pichón de Gastón Gaudio con gesto pícaro. “-El día de mañana, si alguien le dice algo que no le gusta por la calle, usted debe reaccionar con equilibrio. No la haga más-”. El “profe” estaba dando clases. Se fueron juntos, charlando.
El campo de deportes fue el escenario que el destino estableció para la charla. El día se presentó espléndido, y la concurrencia en el lugar era más que interesante, como consecuencia del torneo de tenis que se estaba disputando. Los chicos de la escuela que dirige Oscar Galarza daban vueltas alrededor suyo, y lo ponían al tanto de las tareas realizadas fuera de la cancha, uno por uno. Porque, además de jugar, cada uno cumple una función extra. “-Yo tengo un compromiso con el socio del club. A los chicos de la escuela de tenis no les enseño, los formo. Yo creo que en esta zona no se forma al tenista. Se le enseña. Es muy común que se desperdicien talentos por el solo hecho de “tirarles la pelota”, perdiendo la oportunidad de formar al jugador. En el Club Italiano eso no hace-”. La formación integral del jugador de tenis parece ser su bandera como entrenador. “-Hoy, por ejemplo, se me acercaron algunos chicos y me avisaron que “Fernandito”, uno de ellos, se enojó y tiró la raqueta contra el piso. Lamentablemente, en este sentido hay muchos malos ejemplos que son imitados por los que recién están empezando. En el tenis profesional tenemos a Gaudio, McNroe, Nastase...Entonces, si sacamos lo positivo de cada uno de ellos, y corregimos los malos hábitos, estamos empezando a formar a un deportista-”. Redondea cada concepto. Sus ideas tienen fundamentos sólidos y objetivos claros. “-El deporte te tiene que ayudar a ser una persona equilibrada más allá del deseo de ganar que se pueda tener. A todos nos molesta jugar mal un día, o equivocarnos en cosas simples. Pero esa situación no habilita a nadie a tirar una raqueta contra el piso y romperla. La derrota es también parte de la formación del tenista. Hoy en día, estas cosas, no se marcan demasiado en el deportista. Y el tenis tiene una particularidad, y es que alguien que, me-dianamente jugó, va y da clases, sin te-ner la necesaria formación profesional para hacerlo-”. Defiende su posición a ul-tranza. “-Se que a muchos les molesta mi posición, pero yo tengo un argumento fundamental: quiero jerarquizar mi profe-sión. Tengo que ser un docente deportivo.Y el Club Italiano lo tiene-”“-¿Es tan difícil organizar un torneo Interclubes en Escobar?-”“-Estamos en eso. Estamos en la búsqueda de su realización intensamente.-”Lleva 11 años como entrenador de tenis del Club Italiano. Se declara agradecido a la Institución. “-Yo un día llegué a Escobar y el club, sin conoceme, me abrió las puertas y me dio toda la confianza para trabajar. Yo respondo de esa manera, con aciertos y con errores. Han pasado muchas comisiones directivas, pero mi verdadero compromiso, como dije antes, es con el socio, que es el verdadero motor de la institución-”. Esto lo autoriza para hacer una crítica a la actitud que tienen muchos socios hacia el club. “-Hay una particularidad. Mucha gente pregunta quien está para acercarse o no. ¡Che, está Galarza! ¡Ah! Entonces no voy! Las instituciones están por encima de las personas que las conducen momentáneamente. Si no se logra entender eso, no se puede pretender que las cosas funcionen del todo bien-”. Es claro y categórico. Se apasiona al hablar de lo suyo, el tenis. No me considero un improvisado en el deporte. Y me doy cuenta que Oscar Galarza tiene mucho para dar como docente deportivo. Reflexionaba estas cosas cuando se acercó “Fernandito” a presentarse al cronista y a saludar al “profe”. “-Me dijeron que estuvo un poco nervioso hace un rato, en la cancha-”, con gesto paternal. “-Si, me enojé-”, respondió el pichón de Gastón Gaudio con gesto pícaro. “-El día de mañana, si alguien le dice algo que no le gusta por la calle, usted debe reaccionar con equilibrio. No la haga más-”. El “profe” estaba dando clases. Se fueron juntos, charlando.
PABLO SPERDUTI
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