Monday, April 09, 2007

HOY TODOS SOMOS CARLOS FUENTEALBA


HOY TODOS SOMOS CARLOS FUENTEALBA

Siento con honesta sinceridad lo que dice el título de esta nota. Como docente y como ciudadano que se levanta todos los días a las seis de la mañana para dejar a su hija en la escuela y trabajar todo el día. Aclaro esto, porque Carlos Fuentealba tenía ese ritmo de vida. Y todo lo que hizo de diferente ese fatídico miércoles fue reclamar, con más derecho que muchos, un aumento salarial que el gobierno nacional había prometido y no había llegado. Es decir, fue a pedir lo que era de él. Lo hizo, junto a sus colegas, de todas las formas posibles como para ser escuchado. El desprecio, el desinterés, la desidia vergonzosa, la intolerancia, el egoísmo y la inutilidad de la clase dirigente provocaron la necesidad de esos docentes de tener que cortar rutas. ¡Las clases todavía no empezaron en Neuquen¡ ¿Cuándo pensaban conversar los políticos de cuarta que tenemos con los docentes para llegar a un acuerdo?. Esto, así visto, ya nos pasó muchas veces a los argentinos. Pero nadie esperaba que un docente perdiera la vida en un acto en el que estaba haciendo valer su derecho en manos de un imbécil disfrazado de policía y que tiene antecedentes penales. ¿Qué hace ese monstruo trabajando para una administración estatal?. ¿No debería haber sido, mínimo, separado de la función pública? Pido disculpas si mi bronca transformada en palabras manifiesta discriminación, pero no puedo aceptar que una persona que se desloma trabajando con chicos, que es adorado por ellos, que siempre encabeza reclamos salariales, es decir, se compromete con sus derechos y el de sus colegas, muera porque un estúpido cualquiera que merece ser nombrado para siempre como un asesino cobarde, incluso después de que cumpla su condena, no pueda controlar sus actos, cuando debiera estar preparado mejor que cualquiera de nosotros, para hacerlo, PORQUE ES POLICÍA, y un policía no puede ser un inútil que todo lo que hace es vestir un uniforme paseando su soberbia ignorante.
¿Quién podrá explicar esta realidad a los hijos de Carlos Fuentealba?¿Podrán entenderlo alguna vez, incluso siendo adultos?.
¿Qué nos está pasando a los argentinos?¿Cómo puede ser que las personas honradas que trabajan todo el día tengan que reclamar aumentos de sueldo?¿Cómo puede ser que, además, mueran por ello?. Reaccionen políticos. Hoy, muchos argentinos, quedamos colmados por toda la inoperancia que manifiestan en cada paso que dan.
En la foto, extraída de clarín.com, se observa a los compañeros de Fuentealba en la vigilia del jueves en la puerta del hospital en el que murió

TANOPERIODISTA

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